jueves, 26 de diciembre de 2013

El tipo que se follaba a mi mujer

Había tres cosas que no podía soportar de mi mujer. La primera era la forma en la que batía los huevos. Lo hacía con demasiada energía y golpeaba con fuerza el plato con cada sacudida de tenedor. No era necesario, estaba claro que no era necesario hacer tanto ruido. Luego tenía esa manía de la simetría. Todo tenía que tener un equilibrio. Todos los objetos de la casa tenían que estar en armonía: los cuadros, las sillas, las lámparas,... Joder, todo el peso estaba repartido y nada destacaba por encima de nada. Al principio no te dabas cuenta, pero poco a poco todo ese orden se te metía en la cabeza y te destrozaba la percepción y cuando ibas por la calle todo parecía desordenado y nefasto. En fin. La tercera cosa que no soportaba de mi mujer era ese tío, Miguel, un amigo que tenía y con el que a veces quedaba y follaba en algún hotel de la ciudad. Se conocían desde la infancia y estudiaron arquitectura juntos. Eran como “mejores amigos” o algo así y crecieron juntos. Habían pasado de ser amigos a ser amantes, luego de amantes a amigos de nuevo y luego de amigos a amigos que follan y así constantemente. Joder, habían pasado por todo. Yo nunca tuve una mejor amiga y realmente nunca podré llegar a entender qué tipo de relación tenían entre ellos. El caso es que al terminar la carrera Miguel y Brenda, mi mujer, planearon una aventura. En aquel momento no estaban saliendo juntos ni nada pero bueno, eso tampoco quería decir nada. Decidieron marcharse juntos a buscar trabajo a París pero pocas semanas antes de irse ella me conoció a mí. Miguel se marchó y Brenda se quedó. Miguel consiguió trabajo y con el tiempo abrió su propio despacho de arquitectos. Aquí Brenda encontró un curro bien pagado pero creo que siempre se preguntaba qué habría pasado si se hubiera largado con su amigo a París. París, menudo hijo de puta romántico de pacotilla. Hay que ser hijo de puta. Pues el caso es que de vez en cuando el hijo de puta ese venía a España y quedaba con mi mujer y follaban durante un fin de semana entero mientras yo me quedaba solo en casa leyendo o viendo la tele.

No me malinterpretéis, no es que en ningún momento me ocultaran lo que estaba pasando, Brenda ya me había hablado de ese tipo y yo sabía que habían sido novios y que eran muy amigos, casi almas gemelas, y cuando él volvió por primera vez a España quedamos con él y ambos me plantearon la situación. Estábamos cenando en nuestra casa cuando sacaron el tema, supongo que antes ya lo habían hablado entre ellos, por teléfono o mail o lo que fuera. Me dijeron que se sentían tan unidos que querían hacer el amor cada vez que él visitara Barcelona. No es que estuvieran secretamente y eternamente enamorados -ella me decía que me seguiría queriendo como siempre-, era más bien un aprecio infinito entre ellos, una estima y un respeto que se plasmaba sin barreras ni prejuicios. En ningún momento plantearon la disolución de mi matrimonio, Brenda quería seguir conmigo y Miguel no quería una relación con Brenda, él quería seguir viviendo en París y no quería cambiar de vida. De algún modo lograron presentarme la situación como si no fuera algo raro, como si el sexo extramatrimonial fuera algo natural y que desarrollar celos a partir de esta situación sería algo muy egoísta por mí parte. Me dijeron que el sistema de familia nuclear era algo caduco, que ya éramos adultos y que podríamos manejar esta situación sin problemas, que en el fondo no se trataba de hacer el amor o de no hacer el amor, se trataba de hacer una “revolución de los sistemas y valores familiares”, como dijeron ellos. De algún modo su discurso tenía sentido y terminé apoyando la causa. En fin, ya sabéis como son esta gente que ha estudiado carreras complicadas, consiguen que tus ideas parezcan retrógradas cuando son de lo más normales. Aparte de esto, como yo era un pobre ilustrador que trabajaba en casa y no ganaba demasiado dinero, no pude ni plantearme la posibilidad de dejar a Brenda.
A mis amigos ilustradores nunca les conté nada de esto ya que seguramente no lo habrían entendido y pensarían que estaba totalmente loco por aceptar este acuerdo. Además, yo sería incapaz de articular un discurso lógico –como hicieron ellos conmigo- para convencerles de que ésta era la mejor opción para todos. Joder, Miguel solamente venía a España dos o tres veces al año, tampoco era una locura. Era algo, hasta cierto punto, soportable.
Así que llegó uno de esos momentos en que Miguel visitaba Barcelona y planificamos, como siempre, una cena en casa. Los tres; Miguel, Brenda y yo. Ya era algo normal y el día antes Brenda y yo fuimos al mercado a comprar algo especial para cocinar, nos decantamos por el pescado, ella había visto una receta interesante en una web y nos pareció la mejor opción. Tampoco es que preparásemos las visitas de Miguel como si viniera el Rey de España a cenar, pero era algo que celebrar –sobre todo para ellos- y estaba bien cocinar algo decente y comprar un buen vino. Llegados a este punto yo ya había canalizado mi rabia hacia niveles insospechados. La situación no me agradaba pero ya había asumido cierta indiferencia, era algo normal. Incluso el hijo de puta este de Miguel no era un mal tipo. Ya nos había visitado unas 15 veces y ya habíamos podido conocernos más, de hecho incluso nos habíamos intercambiado mails y a veces recibía mails suyos de esos con bromas de Power Point. Normalmente bebíamos bastante vino durante las cenas y luego nos servíamos unos combinados y terminábamos bastante borrachos y al final de la velada, cuando estábamos todos tocados, hablábamos sobre nuestro “asunto” y de lo “genial” que era poder llevar estas cosas con tanta naturalidad, con tanta madurez. Luego, hacia las tres de la madrugada, ellos dos se marchaban al hotel y ya no les volvía a ver hasta al cabo de dos días, cuando nos despedíamos en el aeropuerto. Brenda ya sabía cómo funcionaba todo esto y las despedidas no eran dramáticas ya que realmente se volverían a ver en unos pocos meses. Durante su ausencia yo aprovechaba para trabajar tranquilamente con mis ilustraciones, que de hecho ya me iba bien. Durante varios días era el dueño de la casa y podía comprarme esa comida congelada que tanto odiaba Brenda y beber mucha cerveza y no tenía que estar escuchando ese martilleo constante de cuando Brenda batía huevos.

Como siempre Miguel llegó puntual a las nueve de la noche y me saludó efusivamente con abrazos e incluso algún beso mejillero. A Brenda le dio un beso en la boca bastante largo y luego se fueron a la cocina, donde Brenda estaba ultimando los preparativos de la cena. Como era de esperar la disposición de los platos estaba en perfecta armonía. Como éramos tres, ella se puso en el lado ancho de la mesa, justo en medio, y a Miguel y a mí no situó a un extremo cada uno. A cada lado había una vela y una botella de vino y en medio colocó un florero. Todos los elementos de encima de la mesa estaban separados por la misma distancia. Irónicamente Miguel y yo también formábamos parte de esa simetría, sus dos hombres estaban igualados ante ella, en equilibrio, ninguno de los dos era más importante que el otro. Tengo que reconocer que estos pequeños detalles siempre me habían resultado incómodos y desafortunados, excesivamente fríos y calculados, hechos casi con una malicia inconsciente.
Empezamos a comer y todo fue sucediéndose como de costumbre: charlas entretenidas y muy alejadas de lo que se podría considerar como un diálogo vacío y cliché. Con Miguel no se hablaba del tiempo o del trabajo, con Miguel todo era una disertación constante sobre la vida y la sociedad. De hecho ese tipo le tenía fobia a la mediocridad, al ritmo soñoliento constante con el que la mayoría de gente vivíamos. En un momento de la conversación soltó la bomba. Miguel anunció que había conocido a una mujer. Brenda sonrió hipócritamente y yo, como ya había bebido un poco de más, se me ocurrió la genial idea de comentar que ahora, por fin, ya podríamos hacer un auténtico intercambio de parejas. Yo haría el amor con esa mujer mientras Miguel y Brenda follaban en el hotel. El comentario no hizo mucha gracia. Brenda siguió callada y entonces Miguel dijo que él creía que esa mujer no entendería la relación que teníamos nosotros tres y que no podría entrar nunca en este juego. De hecho ni siquiera se lo propondría ya que ni a él le apetecía en absoluto seguir quedando con Brenda, Miguel estaba enamorado, por lo que este triángulo absurdo se ha había terminado. Brenda seguía callada, claramente decepcionada. Me serví otra copa de vino en silencio y vi cómo lo miraba, directamente a los ojos, con un odio absoluto, como si la hubiera estado engañando durante años. Miguel notó la decepción y le dijo que éramos adultos, que tanto como habíamos podido entrar en esta espiral podríamos salir de ella. Él seguiría queriéndola como siempre pero las cosas, a partir de ahora, cambiarían un poco. En ese momento la simetría se rompió, Brenda se fue a llorar a la cocina, diciendo que no entendía nada, que su relación iba más allá de follar y de la celosía, que era una nueva forma de entender la amistad. Toda esa mierda progresista que se había creído durante años se le estaba atragantando, pobre Brenda. Fui a la cocina a hablar con ella y empecé a consolarla, a decirle que no era culpa suya, que ella lo había hecho todo bien. Era curioso estar consolándola por este tema cuando ella había estado periódicamente poniéndome los cuernos “legalmente”. Pero la tía estaba fuera de sí, destrozada, empezó a insultarme y a decirme que yo nunca había entendido y que nunca entendería la relación que tenía con  Miguel, una relación pura y de verdad. La dejé tirada en la cocina sollozando, hundiéndose en su propia miseria y autoengaño.

Me dirigí al comedor y yo mismo empecé a soltarle a Miguel el discurso que ellos me soltaron hace años para que aceptara el juego. Que si éramos gente madura, que teníamos que ser abiertos de mente y que esta sociedad únicamente contemplaba una idea de familia y de sexualidad muy retrógrada. Que en el fondo esto era una especie de lucha contra el sistema, la herencia directa del Mayo del 68 francés. Era por la causa. “¿Qué puta causa?” Me soltó él al final. Joder, cuanto razón tenía ¿Qué puta causa?
Le dije a Miguel que se largara de casa y cuando cerré la puerta me dirigí a la cocina lleno de rencor y sádicamente empecé a escupirle a Brenda todo lo que pensaba sobre toda esa gran mierda. Le pregunté que quién coño se había creído que era por haberme hecho pasar por todo eso. Que ella le había encontrado un punto de lógica a esta relación a tres bandas pero que a mí me había estado haciendo daño durante años y que en ningún puto momento había pensado en cómo me podría sentir yo. También le dije que odiaba su puta manía por la simetría y que aún odiaba más el ruido excesivo que hacía al batir los huevos y que, de hecho, esos huevos que había estado batiendo durante todos estos años habían sido los míos y que ya estaba harto. “Que sepas que me has estado haciendo daño. Con tu sufismo y tu lógica y racionalidad y tu visión perfecta del mundo, me has hecho mucho daño”. Tiré varios platos al suelo y ella gritó. Golpeé un armario como si quisiera matar a una persona y me largué al comedor.
Mi mujer se pasó la noche encerrada en la cocina y yo, como siempre, terminé viendo la tele a solas. Al fin y al cabo esta visita no había sido tan distinta de las demás.


 Publicado originalmente en vice.com

viernes, 27 de septiembre de 2013

FLIA



Mañana estaremos todo el día en la FLIA.

Toda la información aquí: http://fliabcn.tumblr.com/

Los organizadores del asunto nos han dedicado unas bellas palabras. El día de hoy ya ha valido la pena, es hora de ir a dormir. Mañana será un gran día. Quiero que hoy sea mañana. Quiero el futuro AHORA:

Bueno, ¿y qué podemos decir de los siguientes participantes? Son los tipos del Fanzine Chuck Norris, Pol y Héctor, Héctor y Pol, Cigarro y Jazz, Jazz y Cigarro. ¿Cuánto llevan? ¿7 años? ¿8 años? Para nosotros llevan desde antes de que ellos mismos nacieran. Fotocopia a fotocopia y palabra a palabra se han ganado el respeto de todo el mundo. Sus historias de hombres sensibles, sudorosos, jodidos, hombres con un presupuesto de 1€ al día, supervivientes de la dura jungla social y urbana, entrañablemente perdedores pero al fin y al cabo humanos; ellos, y sólo ellos, han llegado a cientos de personas y a miles de corazones.

sábado, 7 de septiembre de 2013

He encontrado 2 copias del Fanzine Chuck Norris #4


Pues eso, he encontrado dos copias de este asunto. Auténticas reliquias, 2€ cada copia. He subido el "producto" a la tienda. Venga, animaros, que con 4€ me puedo comprar un bote de habas de esas en aceite de oliva que son de hombre rico. Joder, no quiero rallaros, pero creo que este número fue nuestro "paso a la madurez". Aquí empezaron a cambiar un poco las cosas, para bien, espero. Menos chistes de pollas y más historias de hombres muy jodidos y peruanos borrachos en el metro. Joder, TODO UN CLÁSICO. El Ciudadano Kane de los fanzines.

miércoles, 21 de agosto de 2013

viernes, 16 de agosto de 2013

El tipo que se follaba a mi mujer

He escrito una nueva historia para Vice, aquí tenéis el asunto:

http://www.vice.com/es/read/el-tipo-que-se-follaba-a-mi-mujer

Por ahora nada más, todo lo que tenía que salir bien ha salido mal. Así que nos ceñiremos al plan de siempre.

miércoles, 3 de julio de 2013

Booklet Library Japan

Pues el otro día unos tipos de Japón me pidieron unos Chucks para su librería o algo así. Se los mandé y incluyeron los nuevos títulos en su biblioteca, aquí y aquí. Menudo embrollo.

Hicieron unas fotos bien de bonitas:





lunes, 17 de junio de 2013

CUNT #1 en el TMEO #122



En el TMEO #122 nos han reseñado el maldito CUNT #1. Joder, esto de las almohadillas se me está yendo de las manos.

Os juro que no es un "truco de márketing" pero nos quedan muy pocas copias del CUNT #1 y del Cigarro & Jazz. Solamente lo comento, ¿vale hijos de puta?

Joder, hacía tiempo que no actualizábamos esto, se está bien aquí, con las famosas brisas de internet. Realmente es un muy buen sitio para ir a morir. En fin, ya está bien de tanta tontería, voy a volver a la vida real.

Espero poder daros (Daros, ese viejo cabrón) buenas noticias en brevas, pero ya sabéis como va esto de las buenas noticias.

martes, 16 de abril de 2013

Tienda actualizada con "Cigarro & Jazz" y "CUNT #1"


 Ya podéis encontrar los nuevos LANZAMIENTOS en nuestra tienda de internets, aquí:

http://fanzinechucknorris.bigcartel.com/products

Si entráis a la tienda desde el link de la derecha dadle a "All" en "Categories", así os saldrán todos los números disponibles.

No creo que lleve las novedades a ninguna tienda de momento, así que la única forma de encontrarlas es aquí. AQUÍ Y AHORA.

jueves, 11 de abril de 2013

Cigarro & Jazz y CUNT #1

Buenas de nuevo. Pues AHORA MISMO estamos en el Saló del Còmic con nuestros dos nuevos productos.


El primero es este que tenéis reproducido arriba de forma digital, el de color amarillo. La historia es muy sencilla. Son dos historias, una sobre Jazz escrita por Cigarro y otra sobre Cigarro escrita por Jazz. Cigarro es uno de los colaboradores del fanzine Chuck Norris. Jazz es otro de los redactores del fanzine Chuck Norris. Este fanzine es una carta de amor, una carta de amistad, una carta de respeto. Esperamos que os guste, es un buen entretenimiento si tienes que ir de Marina a Florida.


Este es el segundo engendero. El de aquí arriba, el rojo. Esto es un nuevo proyecto, se llama Cunt. Es un fanzine puramente ilustrado, quiero decir, es un maldito cómic. Es una historia de amistad y amor verdadero relatada a través de 12 páginas que contienen 6 paneles ilustrados cada una.

Siempre había querido hacer un fanzine de cómic, pues mira, ya está hecho. Me he jodido las muñecas dibujando esta mierda. Mi intención es seguir e ir sacando más números durante el año. Crucemos los testículos.

Como veis la cosa va de colegas. Siempre hemos sido bastante de colegas. ¿Verdad?

Maldita sea, voy a pasarme el fin de semana en el Saló bebiendo latas y comiendo frankfurts crudos. No le pidas nada más a la vida. No te atrevas a pedirle más.

miércoles, 10 de abril de 2013

Saló del Còmic 2013

El Saló del Còmic de Barcelona empieza mañana. Como cada año intentamos ofrecer alguna mierda para fidelizar a nuevos clientes y sobretodo para agradecer el compromiso que los clientes ancestrales tienen con nuestra humilde publicación.

Este año hemos estado bastante ocupados con un proyecto que saldrá a la luz en breve pero hemos movido cielo y culos para poder ofreceros algo. Finalmente nuestro esfuerzo ha parido dos engendros.

En breve (entre hoy y mañana) os colgaremos las portadas y os informaremos de la naturaleza de estos nuevos y apetitosos productos. Son dos píldoras rápidas, dos palmaditas en el culo de una mujer que espera a que el semáforo se ponga verde.

Mientras, os adjuntamos un aperitivo:



miércoles, 13 de febrero de 2013

HOT SPOTS 1 OAC


 El otro día (bueno, ya hace tiempo pero es que internet se articula sobre el concepto del AHORA) descubrí algo que le puede cambiar la vida a alguien. Bueno, cambiarla no, pero seguro que le sirve de ayuda. Vamos allá.

Es muy común estar cagándose por la calle, no sé, has estado haciendo gestiones por la mañana y de repente el bikini del desayuno está sacudiéndote el estómago. Joder, no vamos ahora a justificar el hecho de que nos estemos cagando, es algo muy normal, la gente tiene apretones por la calle. Estas cosas pasan, es la pura realidad. Pues bien, a lo largo de mi vida he ido buscando lo que yo llamo HOT SPOTS, que son puntos concretos dentro de una ciudad (en este caso en Barcelona) que pueden ayudarte ante cualquier tipo de inconveniencia. Cada punto sirve de una cosa y es de acceso totalmente público, gratuito, creative commons. En fin, son puntos que sirven para poder vivir la ciudad plenamente, puntos que ayudan a cualquier viajero intrépido a poder sobrevivir en la jungla de asfalto. Si conoces estos HOT SPOTS puedes vivir tranquilamente sin nada. Sin hogar, sin trabajo, sin dinero,...estos puntos son el maná del vagabundo. Si te preguntan dónde vives, puedes contestar con orgullo "En Barcelona", y realmente estarás viviendo en ella, sobre ella, en sus entrañas. Pues bien, esto es a lo que me he estado dedicando todos estos años: buscando HOT SPOTS que me permitan vivir sin estar dentro del sistema. Terminar carreras universitarias y buscar trabajo es de mediocres, la plenitud solamente se alcanza con la libertad que ofrecen los HOT SPOTS.

Ya me estoy liando. Quería hablaros de un HOT SPOT en concreto pero ya os estoy mostrando toda mi teoría. Hay HOT SPOTS para comer gratis, para dormir, para beber, para masturbarse, para mear y -ahora llegamos al punto que quería ilustraros- para cagar. Cuando uno se está cagando por la calle tiene muchas opciones. Siempre puede ser un cobarde e intentar volver a casa pero a veces esto es imposible. Si uno no quiere cagarse encima tiene que encontrar soluciones. Está lo más típico que es utilizar el baño de un bar o restaurante. Algunos te dejarán utilizarlo pero otros te pedirán que consumas y consumir no está en la agenda del caminante de HOT SPOTS. Así que muy probablemente un bar o restaurante no sea una buena opción. Una buena solución al problema es encontrar un mercado. Allí normalmente hay sitios para cagar y nadie te pide explicaciones pero son sitios muy conocidos por los cagadores de la ciudad y muy transitados por el ciudadano medio. Te solucionan el problema pero no te aportan el plus de confort y tranquilidad que exige un auténtico HOT SPOTERO (cabe destacar que como esta teoría la he elaborado en plena soledad yo soy el único "HOT SPOTERO" que existe, pero hablar en plural siempre otorga cierta seriedad al tema). Pues bien -y ahora ya vamos concretando el asunto- el otro día descubrí un HOT SPOT de putamadre para cagar. Es un sitio increíble, muy limpio, cómodo, muy poco transitado y por lo tanto poco conocido y casi siempre disponible.

Estoy hablando de l'Oficina d'Atenció al Ciutadà (OAC) de la calle Aragó con Girona. La gente va allí a  recurrir multas, cambiar padrones y otras mierdas por el estilo, un servidor va allí a cagar. Normalmente hay una cola para que te den un número, si quieres puedes fingir que vas a empadronarte a otro sitio y luego entras a la sala de espera. Evidentemente no hace falta que te empadrones a ningún sitio, lanzas el número a la papelera y te vas a cagar. Si uno es más valiente puede entrar directamente, sin hacer la cola. Esto es lo que distingue a los profesionales de los que acaban de empezar en esto de los HOT SPOTS. Pues bien, una vez en la sala de espera (un lugar muy agradable, con dos hileras de bancos y muy bien iluminado, con luz natural y una cristalera que deja ver un pequeño jardín de piedra con plantas de interior) puedes dedicar dos minutos a observar la señalética de la sala para descubrir dónde está el baño. No es fácil de encontrar pues está un poco escondido (por eso poca gente lo conoce). Está justo detrás de la sala de espera, parece casi como un acceso para el personal que trabaja allí. De hecho juraría que el personal tiene un baño privado justo al lado de los servicios públicos por lo que puede que te encuentres con algún funcionario que se está cagando justo cuando te dirijas al baño público, limítate a sonreírle. El baño consiste en una sola estancia (+1), con pestillo (+1), muy ancho (+1), las paredes son de color rojo como toda la estética de los centros OAC, siempre he encontrado papel de váter (+1), tiene una pica ancha de diseño moderno, de esas cuadradas, con temperatura regulable (+2), papeles de manos (no secador) siempre disponibles (+1), taza del váter muy cómoda (+1) y una limpieza digna del palacio de un sultán (+2). El espacio está muy bien construido y proporciona un aislamiento brutal (+2), por lo que no hace falta que sufras si tienes problemas de gases y defecaciones líquidas. Por el poco tránsito que recibe este baño puedes dedicarle tiempo al acto de defecar. Yo he llegado a estar 20 minutos sentado mirando mails con el smartphone sin ninguna interrupción (+2).

En fin, es el mejor sitio que he encontrado en Barcelona para cagar. Desconozco si en las otras OAC (listado) la situación es parecida. Es probable que así sea pues todas estas oficinas parecen tener un diseño de interior parecido (opinión concebida a partir del visionado de las fotos de los otros centros).

Pues eso, si nunca estáis necesitados y resulta que os cae cerca no dudéis en echarle una visita al baño del OAC, no os arrepentiréis.

IMPORTANTE: Al ser un centro público vinculado al ayuntamiento no está abierto todo el día. Consultad los horarios de apertura de la oficina (horarios).

Podéis encontrar la Oficina d'Atenció al Ciutadà en la calle Aragó 328, Barcelona, España.

Le doy 5 estrellas sobre 5.

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martes, 22 de enero de 2013

El baile tartamudo

-Oye, perdona, ¿me puedes pasar la mostaza?

Coges la mostaza que hay en tu mesa, te giras y lo ves. Es tu mejor amigo de la infancia. Sonríes un poco pero él te da las gracias y se vuelve a girar. Te quedas mirando su espalda con esa sonrisa y te das cuenta de que el tío no te ha reconocido. Quizás te ha olvidado. Quizás te ha ignorado. Te planteas darle unos golpecitos en el hombro y decirle "Joder, Miguel, que soy el Pedro. El de IPSE, ¿te acuerdas? Hacíamos eso del baile tartamudo, ¿te acuerdas? Pedro, del IPSE, éramos buenos amigos..." pero piensas que quizás te ha ignorado porque ha visto que estabas echo polvo. Quizás tu miseria se ve a leguas de distancia. Quizás llevas las palabras "divorcio" y "bancarrota" estampadas en la frente. Tu mejor amigo de la infancia ha decidido ignorarte. No quiere saber nada sobre ti, no quiere saber tus mierdas. Te ha visto jodido y ha preferido no volver a ser tu amigo. No quiere que le relacionen contigo. No quiere contagiarse.

Tranquilo. Quizás no te ha reconocido, has cambiado. Ahora eres calvo y llevas gafas. Es normal, antes eras un niño con greñas y con pecas. No tienes nada que ver con eso, ya no eres esa persona. Eres otra cosa, un cuerpo nuevo. Una mente nueva. Tu "yo" del pasado y tu "yo" contemporáneo no tienen nada que ver. Incluso seguro que se odiarían. El tipo de la mostaza no tiene nada que ver contigo. Era amigo de otro tipo, de otra persona, de alguien que conociste hace mucho tiempo. No tienes porque saludarle, no tenías ni porque haberle pasado la mostaza. Era tu jodida mostaza. Ese capullo te ha dejado sin mostaza. ¿Quién coño se cree que es? Este tipo va por la vida diciendo "Oye, perdona, ¿me puedes pasar la mostaza?", ¿qué coño se cree? ¿Qué significa ese "perdona"? ¿Tienes que perdonarle de algo? ¿Tienes que perdonarle de que no se haya acordado de que tú eras su mejor amigo de la infancia? ¿De que hacías con él el baile ese del tartamudo y que ya no se acuerda? ¿Es eso lo que tienes que perdonarle a ese pedazo de cara de mierda? Levántate y arrebátale la mostaza y dile que se la meta por el culo junto con toda esa jodida hamburguesa que se está a punto de comer.

Joder, tranquilo. Quizás te has confundido. Quizás este tipo realmente no es Miguel. Tienes demasiadas cosas en la cabeza. El divorcio, el dinero. Joder, llevas unos últimos meses muy locos. Incluso alguien quemó tu coche. Relájate. Ponte ketchup en el frankfurt y olvida todo lo que acaba de pasar, solamente te meterías en más problemas. Da igual, cómete el frankfurt y vuelve a casa.

viernes, 4 de enero de 2013

1 de Enero

Cada año se reunían para comparar sus pollas. Lo hacían el 1 de Enero, era un día tranquilo y relajado. Mientras el mundo entero descansaba de la gran juerga anual de fin de año ellos se sacaban los penes y debatían los cambios que éstos habían sufrido. Lo llevaban haciendo desde los 9 años y ninguno de ellos nunca había faltado a la cita. Era un día sagrado, la confirmación del crecimiento y la madurez a través del oráculo fálico. Cada año los penes ofrecían algún tipo de novedad. Al principio los cambios eran bastos y evidentes pero con los años la observación del pene se hacía más complicada. Los hombres tenían que observar cada rincón, cada pliegue. Tenían que indagar toda la superfície con suma dedicación para poder apreciar el paso del tiempo. A veces creían que no había cambiado nada pero en el último momento siempre encontraban el elemento diferencial. Cada año dejaba su huella, el tiempo avanzaba y ningún pene podía ignorarlo. A veces era una estría otras veces era un casi inapreciable cambio de tamaño, pero siempre había algo. Alrededor de la mesa los hombres se sacaban las pollas y las apoyaban encima del hule. Las observaban fijamente durante horas, podían pasarse todo el día. Miraban las suyas y las de sus compañeros, se las tocaban y manipulaban tranquilamente y comentaban la jugada. Cuando todos habían verificado que su pene había sido, de nuevo, víctima del tiempo, se guardaban las pollas y se largaban a casa con su familia. No había más, solamente la tranquilidad de que todo seguía su curso. La idea de que uno de ellos entrara en el nuevo año con un pene exactamente igual al del año anterior era aterradora. Era la muerte. Si uno de ellos sufría este terrible devenir era inmediatamente invitado a no volver a aparecer por estas reuniones del 1 de Enero. Ese era el trato.